Vas caminando y pisas las huellas de quienes estuvieron antes ahí.
Tal vez hace unos 200 años otra historia se contaba,
por ahí en donde hoy se encuentran tus pasos.
No nos detenemos muy a menudo a pensar
en dónde nos encontramos parados,
o qué historia oculta el hogar en donde vivimos.
Ni siquiera especulamos acerca de lo que pasó por allí el día de ayer.
Cuántas anécdotas, crónicas y relatos han de haber visto esas paredes;
los callejones... O sus ojos.
Rabia, amor, odio, desolación, júbilo;
o quizás una bomba nuclear,
de energía, de pasión, de amor,
de rencor… Yo qué sé.
Qué esconde, qué narra, qué ha visto cada atardecer.
Ni te imaginas.
Ni te imaginas lo que ha visto cada constelación,
cada ola del mar, aquellos ojos al despertar.
No te imaginas cuántas piezas se han tenido que mover
en este rompecabezas, que llamamos Tierra,
para que hoy tus pies se encuentren justo ahí.
Cuántos pasos tuvieron que arrasar por el lugar,
cuántas lágrimas tuvieron que llover,
cuántos caminos se tuvieron que trazar
y cuántas cadenas se tuvieron que romper.
Para que hoy, tú estés aquí.
Comentarios
Publicar un comentario