El texto que les muestro a continuación fue hecho en un ejercicio, los invito a hacerlo. Escribir por 10 minutos, con un temporizador que les avise cuándo parar; sin pensar, sin tachar, solo dejando que salga lo que tenga que salir. Viví con mi abuelita cuando era pequeña, me obligaba a escribir con letras pequeñas... y yo lo odiaba. Pero comencé a creerlo lo correcto, entonces dejé de odiarlo y comencé a esforzarme por ello. Aún ahora, en ocasiones "importantes" mi letra se hace pequeña. Somos lo que aprendemos de otros, de libros, de nuestros sueños. Quiero volar muy lejos y vivir mi propia vida sin que nadie me dirija, nadie más que mis sueños e ilusiones. Comenzando con mi casita y terminar brincando en la nieve de Canadá. Mi hogar siempre estará en dónde mi corazón está. Ay, pero mi corazón ¿cómo se divide tanto? No lo sé, pero ya tengo al menos tres hogares y eso por decir algo, puedo tener muchos más... Lo sé. Estoy en el cielo, especialmente en el atardecer. En los
Pedacitos de mí se describen poco a poco y se van entrelazando como un rompecabezas que me conforma. Me salgo de mi realidad y la siento como si la observara desde fuera, entonces surgen mis letras. Me miro como si alguien más lo hiciera, y entonces, me escribo. Me gusta escribir con sentimientos y pasión, por eso, me agrada mantener mis textos en su primera versión; saliendo del corazón.