En mi jardín hay muchos tipos de arañas,
una mariposa blanca
y una catarina que hoy se posó sobre mi brazo,
junto a la catarina de tinta
que ya estaba ahí.
En las noches también se ven babosas
y se escuchan sapos.
En mi jardín hay hongos,
uno gigante que sorprende hasta al jardinero
y unos pequeñitos,
pero nunca tanto como la catarina roja
y sin lunares
que les conté.
También vuela por ahí un colibrí
que siempre avisa de su llegada por mi ventana,
con un sonido que ya reconozco
y siempre me hace voltear a mirar.
Mi jardín no es un jardín,
es un patio sin césped.
Un lugar biodiverso
que me regresa al origen,
a la raíz,
a la Tierra.

Comentarios
Publicar un comentario