No sé qué esté pasando por tu vida en este momento, realmente no importa mucho para lo que tengo por decir. Estés feliz o estés triste, en una situación hermosa o la situación más difícil de tu vida… Disfrútala. Siéntela. Cada instante, cada minuto, cada momento de tu vida es completamente único e irrepetible, así que vívelo como tal.
Lo que sea que estás sintiendo, hazlo consciente; que te haga vibrar hasta en el último poro de la piel.
Porque, definitivamente algo es seguro, eventualmente se terminará y probablemente lo extrañes o probablemente no. Pero, creo firmemente que vale la pena vivir con plenitud este momento, este preciso momento en el que te encuentras.
Si es uno lleno de felicidad, no permitas que el temor porque eso llegue a su fin te invada y provoque que no lo disfrutes o que lo hagas llegar a su fin con mayor velocidad; todo lo contrario, permítete gozarlo completamente, como si nunca fuera a terminar… O, al contrario, siéntelo, disfrútalo como si ese fuera el último instante. No lo sé, cada uno es diferente; pero por favor, valora lo que vives ahora.
Si, por el contrario, te encuentras en un momento de tristeza; no te sientas débil, precisamente una prueba de tu valentía es atreverte a reconocer lo humano que eres. A la gente no le gusta verte triste, se sienten incómodos, no dejes que eso te haga ahogar tus sentimientos. También vívelos, es válido y bueno… Es necesario; para que la luz pueda existir, es necesaria la oscuridad así como es necesaria la tristeza para que la felicidad tenga lugar. Y recuerda no asfixiarte pensando que te quedarás ahí atorado para siempre, la vida es como un río que nunca deja de correr.
Toma todo lo que puedas, de todas tus experiencias, aprende, experimenta, vive, ama, sueña.
Todo es fugaz.
Todos somos fugaces.
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