Ir al contenido principal



Hoy quiero pedirte un favor.
Toma un espejo y mira detenidamente a quien tienes enfrente;
a ese sujeto, grítale… Repróchale por todo lo que ha hecho mal,
por todo lo que ha hecho y te ha provocado dolor,
por todas las veces que te ha lastimado;
díselo todo. Grítale tanto como merece,
por todas aquellas veces que debió actuar y no lo hizo
o por todas esas veces que no debió actuar y sí lo hizo;
por todas las veces que echó todo a perder, descaradamente.
Dile lo harto que te encuentras de que te falle una y otra vez.
No tengas ni un poquito de piedad,
nadie te escucha, díselo todo sin ningún filtro.


Ahora, necesito pedirte otra cosa; por favor…
Detente un momento,
sécate las lágrimas que ruedan por tu mejilla.
Mira nuevamente a ese individuo que se encuentra frente a ti.
Pídele perdón, pídele perdón por todas aquellas veces en que le has fallado.
Dile cuánto lamentas haberlo lastimado, cuéntale que no fue tu intención.
Háblale de cuánto te has esforzado por hacerlo todo bien,
hazle saber que en verdad lo has intentado una y otra vez
y lamentas que no siempre haya salido bien.


Mira a esa persona frente a ti una vez más.
Mira detenidamente cada rasgo de su rostro,
observa detalladamente sus ojos, su mirada…
sus labios, la manera en la que sonríe,
la forma que tiene su mandíbula, cómo es su cara,
fíjate si tiene algunas arrugas entre las cejas o patas de gallo.
Háblale de lo que miras, cuéntale que es hermoso.
Nárrale todas las veces en las que te ha ayudado,
las veces que lo ha hecho todo bien…
Lo feliz que te ha hecho,
cuéntaselo todo.
Dedícale una sonrisa,
tan grande como se la merezca.


Declárale que te encuentras perdidamente enamorado.


Totalmente enamorado.


De su sonrisa,


de sus ojos,


de sus dientes,


de sus cejas,


de su personalidad,


de su corazón.


De absolutamente todo.

De sus miedos,


de sus errores,


de sus luchas.


Dile lo orgulloso que estás porque va firme hacia adelante
porque siempre está decidido a crecer, a mejorar.


Hazle saber lo enamorado que estás.

Cuéntale que le odiaste como a nadie;
pero que le amas inmensamente…

Como jamás imaginaste.


Escrito por: Cecilia Abreu

Comentarios

  1. Muy hermoso, pero más que nada cierto tenemos que aprender los seres humanos, cada uno a reconocer sus virtudes, defectos, errores, aciertos, y verse al espejo es una manera de saber quienes somos, y escribir es una herramienta fascinante para compartir., comunicar, desahogarse, Ana lizar etc etc ... Cecy que bueno que puedas hacer estas redacciones simples y bellas

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Amar como a los gatos

Siempre nos han dicho que los perros enseñan a amar incondicionalmente. Pero hoy, mientras comía con Rita, me pregunté si ella estaba conmigo porque le doy comida o porque de verdad me quiere. Me di cuenta de que tal vez nunca tendré la respuesta con total certeza. Entonces reflexioné: Eso no cambia en lo absoluto el amor que yo le tengo. Que es enorme, por cierto. Pienso ahora que en realidad quienes nos enseñan a amar incondicionalmente son los gatos . Los perros lo hacen, sin duda. Nos aman incondicionalmente, pero eso no hace que nosotrxs sepamos hacerlo o aprendamos en automático. En cambio, los gatos te hacen amar así.  ¿No es el aprendizaje poder hacer algo más que mirarlo solamente? A mí me gusta amar como se ama a los gatos. Con libertad. Con la libertad de irse cuando así lo decidan, pero feliz por cada instante que deciden quedarse . Escrito por: Cecilia Abreu

(¿) Debilidad (?)

Se cree que es débil. Aquel que le permite a las gotitas saladas recorrer sus mejillas, el que escribe que trae apachurrado el corazón, quien evita cocinar o quien pasteles quiere hornear, ese que se recuesta a pensar mientras observa el techo, o cualquiera que busque un espacio para la soledad, el que no permite a sus músculos moverse hacia ningún lugar, quizás también el que sube los decibeles para no oír, el que huye con el agua recorriendo su cuerpo en la ducha, el que busca a alguien para platicar. Se cree que es débil, quien está  triste, cualquiera que esté triste; en especial, si se atreve a hacerlo notar. Si se atreve a exponer(se). Atrever. Atrever(se). Atreverse. Si tan solo encontraran los sinónimos de la conjugación de estas nueve letras. Si el mundo se detuviera y mirara la definición de estas nueve letras juntas. Entonces vería el valor . Y sabría, tendría una mínima idea, una imagen cercana, podría vislumbrar: la valentía

El amor no se mide en tiempo

El amor no tiene unidad de medida, y por eso mucha gente se confunde, acaban midiéndole por horas, días o años. Llevan la cuenta, la suma de los días compartidos como un sinónimo del crecimiento del amor. ¿Pero es que acaso el amor se puede medir? Me parece que no puede medirse con justa intención, ya puedo escuchar a miles de parejas discutiendo "¿Por qué tu amotómetro dice que hoy me amas 8 si yo te estoy amando 10?" "¡Esta semana tu amotómetro marcó 6!". Puedo imaginar infinitos pleitos como consecuencia de un amor medible. Pero es que, ¿acaso este consideraría los altibajos emocionales? ¿Los problemas laborales? ¿Las preocupaciones familiares? A veces amamos en segundo plano. Amar a una persona no significa entregarte toda, sin que existan ya otras esferas en tu vida. ¿El amotómetro sabría eso? Imagino que inventar tal artefacto sería un revoltijo tan grande, que la Creadora del universo optó por no entregárnoslo. Tal vez sí lo creó. Pero viendo que la humanidad