¿Qué clase de mundo hemos creado?
Voy caminando por la calle y me doy cuenta de cuánto nos hemos encerrado.
Vamos todos caminando, atrapados dentro de seis paredes de cristal que nos apartan de los demás… Ni siquiera lo notamos.
Ellos pueden vernos, por fuera el cristal es transparente; le permite a cualquiera ver que estás ahí. Pero tú no puedes verlos a ellos, por dentro el cristal es oscuro, podrías encontrar tu reflejo al frente… Si tan solo levantaras la cabeza.
Pero no lo haces.
Estás inmerso, tan dentro… Ojalá estuvieras tan dentro, tan inmerso en ti. Es solo que, estás perdido.
Las gotas de lluvia recién dejaron de caer y el césped se ha vuelto más verde de lo habitual, ha adquirido ese color particular y hermoso; el cielo se va haciendo cada vez más azul y deja entrever un arcoiris.
Tú continúas con los ojos fijos en ese apartado que te ha construido aquellos muros de cristal… Muros que ni siquiera has notado.
Nadie puede saber que esos muros te han aprehendido. Nadie puede ayudarte.
Si tan solo levantaras la cara… Entonces te darías cuenta de que están ahí. No lo haces.
No deseo nada más, solo que levantes la cara, te mires en el reflejo y te des cuenta de que no puedes ver nada en el exterior; no tienes idea de lo que hay alrededor. Ojalá que te observes en el reflejo y notes que aún no has soltado ese dispositivo y continúa manteniendo las barreras de cristal en pie, continúa atándote.
Ojalá que lo sueltes.
Y te decidas a romper de un puñetazo aquel vidrio que te detiene.
Escrito por: Cecilia Abreu
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