Ir al contenido principal

La Fragancia del Amor

No tengo ni la menor idea,
es un aroma sutil.

A veces aparece entre la ropa,
entre prendas que evocan recuerdos;
en ropa guardada desde hace tiempo.

De vez en cuando, mana del viento,
que trae consigo el olor a pizza recién horneada
o te empuja con la esencia de arroz con leche;
puede surgir con olor a taquitos al pastor
y también algodón de azúcar.

En otras ocasiones,
se hace presente en tu sábana favorita
que lleva tiempo sin lavar;
aunque también en tus almohadas perfumadas.

Seguramente, alguna vez,
olió a palomitas mientras veías tu película favorita.

Una que otra vez, mina la habitación
con un delicioso aroma a bebé.

Siempre huele a buena vibra.
Y muchas, pero muchas veces, huele a ti.
A la esencia natural de tu piel,
al toque único de tu cabello,
a tu persona por completo,
de pies a cabeza y al revés.

Huele a todo, huele a nada;
es una mezcla de los mejores olores,
que traen recuerdos, personas,
y hasta comida y objetos.


Esa es la fragancia del amor.


Escrito por: Cecilia Abreu


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

(¿) Debilidad (?)

Se cree que es débil. Aquel que le permite a las gotitas saladas recorrer sus mejillas, el que escribe que trae apachurrado el corazón, quien evita cocinar o quien pasteles quiere hornear, ese que se recuesta a pensar mientras observa el techo, o cualquiera que busque un espacio para la soledad, el que no permite a sus músculos moverse hacia ningún lugar, quizás también el que sube los decibeles para no oír, el que huye con el agua recorriendo su cuerpo en la ducha, el que busca a alguien para platicar. Se cree que es débil, quien está  triste, cualquiera que esté triste; en especial, si se atreve a hacerlo notar. Si se atreve a exponer(se). Atrever. Atrever(se). Atreverse. Si tan solo encontraran los sinónimos de la conjugación de estas nueve letras. Si el mundo se detuviera y mirara la definición de estas nueve letras juntas. Entonces vería el valor . Y sabría, tendría una mínima idea, una imagen cercana, podría vislumbrar: la valen...

Amar como a los gatos

Siempre nos han dicho que los perros enseñan a amar incondicionalmente. Pero hoy, mientras comía con Rita, me pregunté si ella estaba conmigo porque le doy comida o porque de verdad me quiere. Me di cuenta de que tal vez nunca tendré la respuesta con total certeza. Entonces reflexioné: Eso no cambia en lo absoluto el amor que yo le tengo. Que es enorme, por cierto. Pienso ahora que en realidad quienes nos enseñan a amar incondicionalmente son los gatos . Los perros lo hacen, sin duda. Nos aman incondicionalmente, pero eso no hace que nosotrxs sepamos hacerlo o aprendamos en automático. En cambio, los gatos te hacen amar así.  ¿No es el aprendizaje poder hacer algo más que mirarlo solamente? A mí me gusta amar como se ama a los gatos. Con libertad. Con la libertad de irse cuando así lo decidan, pero feliz por cada instante que deciden quedarse . Escrito por: Cecilia Abreu

Mi percepción del amor

Alguien que no viene partido por la mitad  y que no busca ni espera que seas media naranja. Eso es lo que yo creo que es el amor. Porque desde chiquitos nos enseñaron que venimos partidos en dos pedazos y necesitamos ir por ahí tratando de encontrar a nuestra otra mitad, a nuestra fruta.  Pero la única vez que intenté partirme en dos para fundirme con media fruta, resultó bastante mal… Que no me siento la mitad y mi media naranja era sandía,  que mi otro pedazo era indispensable en mi vida.  Y que decidí quedarme entera para siempre.  Ahora que me encuentro contigo, te encuentro completo y soy feliz de verte así,  porque te quiero entero, te reconozco libre,  me gustas por ser todo tú.  Ahora que me encuentro conmigo,  sigo completa y me siento feliz de que me quieras así, me sepas así y me reconozcas libre, me gusto por ser toda yo.  En este momento que nos encontramos, ...