Ir al contenido principal

Entradas

Mi jardín

En mi jardín hay muchos tipos de arañas, una mariposa blanca y una catarina que hoy se posó sobre mi brazo, junto a la catarina de tinta que ya estaba ahí. En las noches también se ven babosas y se escuchan sapos. En mi jardín hay hongos, uno gigante que sorprende hasta al jardinero y unos pequeñitos, pero nunca tanto como la catarina roja y sin lunares que les conté. También vuela por ahí un colibrí que siempre avisa de su llegada por mi ventana, con un sonido que ya reconozco y siempre me hace voltear a mirar. Mi jardín no es un jardín, es un patio sin césped. Un lugar biodiverso que me regresa al origen, a la raíz, a la Tierra. Escrito por: Cecilia Abreu
Entradas recientes

Los años que se quedan

Veo pasar la vida en un segundo  No me da miedo morir Pero sí que la vida se me vaya Miro hacia atrás y añoro Los años que se quedan Los recuerdos que olvido Atesoro los que vivo hoy Tanto que temo que también Se me escapen Porque hay personas  Que ya no vendrán mas Después de este presente Quedarán como aquellos Recuerdos que hoy son nostalgia Con semillas sembradas Que germinan Sin que ellas miren Escrito por: Cecilia Abreu

Volver

No quiero ponerle pausa a la explosión  Necesito volar Pincharme con las espinas de la Ceiba Arder con sal de (a)mar  Mundos alternos ver andar junto a mí  Sentirme con sus sentidos Recibir el agua del cielo  Ser el fango de donde nace el manglar Escrito por: Cecilia Abreu

Soy una flor

  A veces creo que soy una flor  Porque parece que me arrancan las hojas, los pétalos con cada decepción, con cada dolor . L legué a este mundo con todas mis hojas, con todos mis pétalos Y ya no me queda ninguno Me los arrancaron todos  Pero queda mi centro  Ese que mi tallo sostiene  Mi tallo también, ya sin fuerzas, a veces cae hasta la tierra  Pero a veces alguien lo riega y se vuelve a levantar  Mientras mi centro sigue ahí seguiré con mucha fuerza y también sin ella

Amar como a los gatos

Siempre nos han dicho que los perros enseñan a amar incondicionalmente. Pero hoy, mientras comía con Rita, me pregunté si ella estaba conmigo porque le doy comida o porque de verdad me quiere. Me di cuenta de que tal vez nunca tendré la respuesta con total certeza. Entonces reflexioné: Eso no cambia en lo absoluto el amor que yo le tengo. Que es enorme, por cierto. Pienso ahora que en realidad quienes nos enseñan a amar incondicionalmente son los gatos . Los perros lo hacen, sin duda. Nos aman incondicionalmente, pero eso no hace que nosotrxs sepamos hacerlo o aprendamos en automático. En cambio, los gatos te hacen amar así.  ¿No es el aprendizaje poder hacer algo más que mirarlo solamente? A mí me gusta amar como se ama a los gatos. Con libertad. Con la libertad de irse cuando así lo decidan, pero feliz por cada instante que deciden quedarse . Escrito por: Cecilia Abreu

Soy

 Soy. Soy una parte sensible y expuesta que no siempre está presente. Pero cuando aparece, conecta. Conecta con el cielo que le regala brillo a mi piel, conecta con la lluvia que expresa mis adentros. La contemplación que me regala esta sensibilidad es imposible de hallar en mis otras facetas. Soy pasión, energía, fuerza. Y cuando esto aparece, bailo, río a carcajadas, siento que vuelo. Soy el único interior que conozco. Y admiro. Admiro cuando vuelo, pero también cuando voy a paso lento. Que, yo no he visto esto antes, alguien que disfrute en verdad con su nostalgia. No puedo afirmarlo porque solo he estado dentro de mí hasta ahora, pero a simple vista, pareciera que no hay mucha gente rodeándose el cuerpo con los brazos a sí misma. Y yo cómo disfruto hacerlo... De paso asentarme un beso en el hombro con el más sincero de los "te quieros".

El amor no se mide en tiempo

El amor no tiene unidad de medida, y por eso mucha gente se confunde, acaban midiéndole por horas, días o años. Llevan la cuenta, la suma de los días compartidos como un sinónimo del crecimiento del amor. ¿Pero es que acaso el amor se puede medir? Me parece que no puede medirse con justa intención, ya puedo escuchar a miles de parejas discutiendo "¿Por qué tu amotómetro dice que hoy me amas 8 si yo te estoy amando 10?" "¡Esta semana tu amotómetro marcó 6!". Puedo imaginar infinitos pleitos como consecuencia de un amor medible. Pero es que, ¿acaso este consideraría los altibajos emocionales? ¿Los problemas laborales? ¿Las preocupaciones familiares? A veces amamos en segundo plano. Amar a una persona no significa entregarte toda, sin que existan ya otras esferas en tu vida. ¿El amotómetro sabría eso? Imagino que inventar tal artefacto sería un revoltijo tan grande, que la Creadora del universo optó por no entregárnoslo. Tal vez sí lo creó. Pero viendo que la humanidad...